Cuando el agua baja, queda la gestión de Ratto
SOCIEDAD | SAN ANTONIO DE ARECO | 10/07/2025 |
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En San Antonio de Areco el agua baja, pero el enojo se mantiene. Y con razón. Cada nueva crecida del río deja al descubierto no sólo la fragilidad del terreno, sino la fragilidad política de una gestión municipal que no escucha, no planifica y no comunica.
Cuando el agua baja, queda la gestión de Ratto
Por Sebastian Di Belli
En San Antonio de Areco el agua baja, pero el enojo se mantiene. Y con razón. Cada nueva crecida del río deja al descubierto no sólo la fragilidad del terreno, sino la fragilidad política de una gestión municipal que no escucha, no planifica y no comunica.
El intendente Francisco Ratto ha convertido la gestión del riesgo hídrico en una suerte de ejercicio de paciencia ciudadana: anuncios sin plazos, reuniones sin difusión, promesas sin obras. Mientras tanto, los vecinos siguen viviendo con el agua en la puerta.
Hace pocos días, en un encuentro con vecinos y concejales de distintos bloques, volvió a repetirse la misma escena: explicaciones vagas, compromisos difusos y la palabra “próximamente” usada como comodín para todo lo que no se sabe o no se quiere decir. Las obras río abajo “se retomaron”, pero nadie puede decir cuándo se terminan. Las presas de retención río arriba “están proyectadas”, pero faltan los proyectos técnicos.
El problema, dicen, es complejo. Pero la falta de gestión no lo simplifica: lo agrava.
El municipio se enorgullece de participar junto a la UNSADA en el sistema SOURCE, un plan de orientación ante riesgos climáticos extremos. Suena moderno, tecnológico, incluso esperanzador. El problema es que, otra vez, se queda en el PowerPoint. No hay cronograma, no hay convocatoria a la comunidad y —por supuesto— no hay resultados a la vista.
La Resolución N°025/2025 del Concejo Deliberante, en cambio, sí tiene contenido concreto: pide la construcción urgente del segundo puente de la Ruta 41, la reubicación del caño de gas que impide la obra y la ejecución de presas de retención aguas arriba. Es decir, hace el trabajo que el Ejecutivo no hace. Y lo hace mientras el intendente se mantiene en su cómodo silencio administrativo.
Peor aún, el informe oficial sobre el terraplén de las vías, elaborado por la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, desarma otro de los mitos de la gestión: ese terraplén no es un muro de contención. Es sólo un paso ferroviario, útil para los trenes, no para frenar el agua.
Mientras tanto, las calles de los barrios inundables se tornan intransitables, las cunetas se tapan, las casas se hunden y la respuesta oficial se resume en una frase ya insoportable: “Estamos trabajando en eso”.
Hace ocho años que la ordenanza 4299/17 espera reglamentación. Ocho años. Si la gestión municipal se midiera en la velocidad con la que actúa frente al riesgo hídrico, Areco seguiría bajo el agua.
Francisco Ratto puede seguir apelando al argumento de que “los problemas son estructurales”. Pero los vecinos ya saben que lo estructural es la desidia, y que la verdadera inundación no es de agua, sino de indiferencia y burocracia.
Cuando el agua baja, lo que queda a la vista no es el río: es la gestión.
Y la gestión, señor intendente, hace rato que está haciendo agua.
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